Me encantó.
Yo 21, ella el doble mas uno.
Joder,
parecía que su belleza crecía con su edad.
Tiene el cabello castaño,
seguro para que combine con sus ojos.
La sonrisa le dibuja unos pequeños pliegues al rededor de los hoyuelos,
-que buen trabajo le han echo los años
pues le pusieron arte en el rostro-
cada una de sus arrugas es una línea que forma parte de una bellísima ilustración.
Deberían verla,
se levanta el pelo antes de comenzar a trabajar y yo no puedo parar de mirarla.
Es tan -Dulce-
sonríe a todo el mundo
llena a cualquiera y por doquier de palabras bonitas y elogios,
que llegan a tal grado de dulzura
suficiente que pueden hacerte creer
que no lo dice sólo por decir,
sino que realmente atraves de sus castaños ojos si eres un "Guapo o una Hermosa".
Todo el mundo la adora,
cada que pronuncian su nombre
se les llenan de brillo los ojos,
y es de esperarse,
quien hiba a decirme a mi que me
hechizaria tanto con una mujer que me dobla la edad mas uno.
Pero no me culpes a mí,
culpenla a ella, pero no tan fuerte porque es sensible,
culpenla de existir,
culpenla de tener tantos pliegues como belleza,
culpenla de la dulzura que ajusta perfectamente con su nombre,
culpenla de este verso,
culpenla por distraerme cada que se toca el cabello,
culpenla de todo,
pero sobre todo culpenla por convertirme en una pequeña precoz de verla,
no os confundáis,
no me atrae sexualmente, me atrae mentalmente, soy como una pequeña abeja embriagada con su -Dulce-
culpenla por ser perfectamente lo que me encanta,
culpenla de aprovechar tan bien sus años,
culpenla por su experiencia en ser todo lo que encanta,
culpenla por la preciosidad que me viene asechando de hace ya tiempo queriendo saber cómo sera tener una profunda charla con ella,
culpenla de reprimirme a no verla con otros ojos que no sean los de un amor puro e inocente,
culpenla a ella.
Tal vez si ella fuera un poco más joven y yo más experta, sería exactamente mi mujer perfecta.
Pero es imposible,
ella tiene el doble más uno,
yo solo veintiuno.
